Recibiendo Bendiciones

En el contexto de esta profunda verdad, Dios actúa de manera integral, preparando tanto Sus bendiciones como a nosotros para recibirlas.

Este proceso refleja la sabiduría divina y el amor, asegurando que cuando lleguen, seamos capaces no solo de recibirlas sino también de administrarlas de manera que le honre y fomente nuestro crecimiento.

Dios nos prepara a través de diversas experiencias y enseñanzas. Por ejemplo, en Proverbios 3:5-6, se nos exhorta a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestro propio entendimiento, reconociéndolo en todos nuestros caminos.

Eso subraya la importancia de la dependencia de Dios y la búsqueda de su guía en nuestras decisiones financieras, asegurando que cuando lleguen las bendiciones, estemos alineados con su voluntad y propósito.

En ocasiones, Dios permite que enfrentemos situaciones donde nuestras habilidades para administrar bendiciones se ponen a prueba, incluso sin estar completamente preparados.

Esto se refleja en la parábola de los talentos en Mateo 25:14-30, donde a cada siervo se le confía una cantidad de dinero (talentos) para administrar.

La manera en que cada uno maneja lo que se le ha dado revela su capacidad y fidelidad. A través de estas experiencias, Dios nos enseña lecciones valiosas sobre la responsabilidad, la administración prudente y las consecuencias de nuestras acciones, tanto para bien como para mal.

Además, Dios nos instruye directamente a través de su Palabra sobre cómo manejar las bendiciones. En 2ª Corintios 9:6-7, se nos enseña sobre la importancia de dar generosamente, prometiéndonos que “el que siembra generosamente, también cosechará generosamente”.

Eso nos prepara para recibir bendiciones no solo para nuestro propio beneficio, sino también para ser una bendición para otros, ampliando nuestra comprensión de la administración desde una perspectiva de reino.

Por último, Dios a menudo nos prepara para las bendiciones de maneras que solo podemos reconocer retrospectivamente. A través del estudio de la Biblia, la oración y la comunión con Él, nuestro carácter y sabiduría son moldeados según su voluntad.

Filipenses 4:19 promete que “Dios suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”, lo cual incluye la preparación necesaria para administrar lo que Él provee.

En conclusión, este principio de que Dios no solo nos ha preparado bendiciones para, también nos prepara poder recibirlas, refleja un enfoque divino hacia nuestra provisión y crecimiento.

Nos recuerda mantenernos fieles, buscando constantemente a Dios y su sabiduría en cada área de nuestra vida, incluidas nuestras finanzas, confiando en que Él nos prepara y equipa para cada buena obra y bendición que tiene reservada para nosotros.

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