-Si no se administran las finanzas con toda paciencia, entonces la impaciencia nos llevará todo a la ruina.
-¿Reconocemos que cada decisión financiera tiene implicaciones no solo para nosotros mismos sino también para nuestra comunidad y el mundo en general?
-La clave no reside en aprender a confiar en el corazón para administrar el dinero con sabiduría, sino en saber escudriñar las Escrituras para descubrir los principios bíblicos que lo gobiernan.
-¿Vemos todo lo que poseemos no como propiedad nuestra, sino como algo confiado a nuestro cuidado por el Señor Jesucristo?
-Toda compra debe hacerse con sabiduría bíblica, y nunca de manera impulsiva.
-¿Qué tan amplias y profundas son nuestras raíces en cuanto a la mayordomía financiera?
-Prevenir los problemas financieros es más beneficioso que tener que resolverlos.
-Si las malas deudas, las compras compulsivas y las finanzas arruinadas no lo impulsan a cambiar, entonces no aprenderá ni con palabras ni con golpes.
-Si eres joven, presta muchísima atención al interés compuesto, porque bendecirá muchísimo tu vida.
-Mantener una alta calidad de vida, adoptar hábitos saludables y gestionar bien el estrés aumenta las probabilidades de alcanzar una mayor longevidad.
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