Ventana de Overton

La Ventana de Overton es un concepto que describe el rango de ideas o políticas que son consideradas aceptables o viables dentro del discurso público en un momento dado. Este rango se mueve dependiendo de factores como cambios culturales, políticos, o sociales. 

El término fue desarrollado por Joseph P. Overton, quien teorizó que para que una idea pase de ser inaceptable a aceptable, debe avanzar gradualmente a través de etapas.

Overton desarrolló este concepto durante la década de 1990, mientras trabajaba como vicepresidente del Mackinac Center for Public Policy, un grupo de investigación en políticas públicas en Michigan, Estados Unidos; se trató de una idea que fue refinando a lo largo de varios años dentro del contexto de su trabajo en política pública.

Etapas de la ventana de Overton:

1. Imposible: La idea es vista como completamente inaceptable o impensable.

2. Radical: La idea sigue siendo marginal, pero comienza a ser discutida por grupos específicos.

3. Aceptable: La idea entra en el ámbito del debate público y comienza a ser tomada en serio.

4. Sensata: La idea gana apoyo y se percibe como razonable y lógica.

5. Popular: La idea se convierte en una norma social aceptada.

6. Política vigente: La idea se traduce en legislación o práctica oficial.

Ejemplo práctico. Un ejemplo de la ventana de Overton es cómo han cambiado las actitudes hacia ciertos temas sociales, como los derechos civiles, el matrimonio igualitario, o la legalización de sustancias. Lo que antes se consideraba “imposible” ahora puede ser aceptado o incluso promovido.

El concepto se utiliza frecuentemente en política, medios y mercadotecnia para comprender cómo las ideas o propuestas pueden ganar aceptación pública con el tiempo.

Otro ejemplo (bíblico): Traducción de la Biblia al idioma común

Imposible: Durante la Edad Media, la Biblia solo se leía en latín, un idioma que la mayoría de la población no entendía. Traducirla al idioma común era considerado herejía, y quienes lo intentaban enfrentaban persecución severa (por ejemplo, el caso de William Tyndale en el siglo XVI).

Radical: Algunos reformadores como John Wycliffe comenzaron a argumentar que la Biblia debía estar disponible para todos, traduciéndola al inglés y otros idiomas. Aunque este esfuerzo fue visto como una amenaza al orden establecido, ganó tracción en círculos pequeños.

Aceptable: Con el surgimiento de la Reforma Protestante, la idea de la traducción al idioma común comenzó a ser aceptada en algunos sectores religiosos, aunque con fuerte resistencia de instituciones tradicionales.

Sensata: La invención de la imprenta por Johannes Gutenberg permitió la producción masiva de Biblias en lenguas vernáculas, haciendo la idea de una Biblia accesible más razonable y alcanzable.

Popular: En el siglo XVII, las traducciones de la Biblia, como la versión King James en inglés, se volvieron ampliamente leídas y aceptadas.

Política vigente: Hoy, las traducciones de la Biblia en casi todos los idiomas del mundo son vistas como una práctica fundamental en el cristianismo y una herramienta para la evangelización.

Reflexión bíblica. Este ejemplo ilustra cómo la percepción de un principio bíblico, como el acceso a la Palabra de Dios (Romanos 10:17: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”), puede evolucionar a través del tiempo, pero siempre bajo la guía soberana de Dios. También muestra cómo la resistencia inicial a ideas bíblicas muchas veces no detiene el propósito de Dios de difundir Su verdad.

Otros ejemplo, en temas como el relativismo moral, la redefinición del matrimonio o la negación de valores absolutos han seguido este patrón. Lo que alguna vez fue rechazado por la sociedad en general como contrario a los principios bíblicos (por ejemplo, Génesis 2:24 sobre el diseño original del matrimonio o Romanos 1:25-27 sobre la moralidad sexual) puede moverse de “impensable” a “popular” a través de cambios culturales que influyen en las percepciones públicas. 

Esto sucede por medio de estrategias como la exposición constante en los medios, la redefinición de términos, o la normalización a través del entretenimiento.

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El modelo de la ventana de Overton, en este caso, ilustra cómo las ideas que contradicen la Palabra de Dios pueden ganar tracción, especialmente cuando la sociedad se aleja de los principios bíblicos y promueve el pecado como aceptable o incluso deseable. 

Este proceso resalta la importancia de que los cristianos se mantengan firmes en la verdad bíblica, como se enseña en Romanos 12:2: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

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