William Wilberforce

El 29 de julio de 1833 marca la muerte de William Wilberforce, una figura destacada en la lucha por la abolición de la esclavitud en las posesiones británicas. Wilberforce nació el 24 de agosto de 1759 en Kingston upon Hull, Inglaterra. Fue educado en la Universidad de Cambridge, donde desarrolló una amistad con William Pitt el Joven, quien más tarde se convertiría en Primer Ministro del Reino Unido.

Wilberforce se convirtió al cristianismo en 1785, lo que tuvo un profundo impacto en su vida y sus prioridades. Inspirado por su fe, comenzó a interesarse en la reforma social y, en particular, en la campaña contra la esclavitud. Fue persuadido para unirse a esta causa por amigos como Thomas Clarkson y Hannah More, quienes le presentaron evidencia de las terribles condiciones en que vivían y trabajaban los esclavos.

Al enfrentarse a la brutal realidad del comercio de esclavos, Wilberforce quedó profundamente conmovido. En sus propias palabras, escribió: «Tan enorme, tan terrible, tan irremediable me parecía la maldad del comercio [de esclavos] que mi mente quedó completamente decidida a la abolición. Cualesquiera que fuesen las consecuencias, a partir de ese momento decidí que no descansaría hasta haber logrado su abolición.»

En 1789, Wilberforce dio su primer discurso en el Parlamento británico condenando el comercio de esclavos, lo que marcó el inicio de una lucha que duraría casi dos décadas. Durante estos años, enfrentó una feroz oposición y múltiples derrotas, pero su determinación nunca flaqueó. Presentó repetidamente proyectos de ley para abolir el comercio de esclavos, y finalmente, en 1807, logró una victoria significativa cuando el Parlamento aprobó la Ley de Abolición del Comercio de Esclavos, que prohibía la participación británica en el comercio de esclavos.

Sin embargo, Wilberforce no se conformó con esta victoria. Continuó su lucha hasta lograr la abolición total de la esclavitud. En 1825, debido a problemas de salud, se retiró del Parlamento, pero siguió apoyando la causa abolicionista. Finalmente, el 26 de julio de 1833, el Parlamento aprobó la Ley de Abolición de la Esclavitud, que emancipaba a todos los esclavos en las colonias británicas.

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Wilberforce murió tres días después, el 29 de julio de 1833, habiendo visto cumplido su sueño de abolir la esclavitud. Su vida y su legado son un testimonio de la perseverancia y la fe inquebrantable en la lucha por la justicia y la humanidad. La abolición de la esclavitud en el Imperio Británico marcó un hito en la historia de los derechos humanos, y William Wilberforce es recordado como uno de los principales arquitectos de este logro monumental.

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