Las Escrituras establecen una clara distinción entre el concepto de «dar» en el Nuevo Testamento y la práctica del diezmo bajo la ley mosaica. Mientras que el diezmo era una obligación legal con reglas estrictas, el «dar» en el Nuevo Testamento se presenta como una respuesta voluntaria y gozosa, motivada por la gracia y el amor.
El Diezmo en la Ley Mosaica
Obligación Legal: El diezmo, como se describe en la ley mosaica era una obligación legal para los israelitas. No era una opción, sino un mandato divino con consecuencias específicas por incumplimiento.
Propósito Específico: El propósito principal del diezmo era el sostenimiento de la tribu de Leví, quienes se dedicaban al servicio del tabernáculo y posteriormente del templo. Al no recibir una heredad de tierra como las demás tribus, el diezmo les permitía dedicarse plenamente a sus funciones religiosas.
Productos Limitados: La ley mosaica limitaba el diezmo a productos específicos, principalmente los provenientes de la agricultura y la ganadería. No se aplicaba a otras formas de ingreso ni a bienes adquiridos fuera de la tierra de Israel.
El Dar en el Nuevo Testamento
Voluntario y Motivado por la Gracia: El Nuevo Testamento presenta el dar como una respuesta voluntaria y gozosa, impulsada por el amor a Dios y al prójimo, no por la obligación legal. Textos como 2ª Corintios 8 y 9 enfatizan la importancia de dar con liberalidad y alegría, según lo que cada uno haya decidido en su corazón.
Sin Porcentaje Fijo: A diferencia del diezmo, que establecía un porcentaje fijo del ingreso, el Nuevo Testamento no fija una cantidad o porcentaje específico para el dar.
Motivado por el Amor, no por la Ley: La Escritura enfatiza que el dar en el Nuevo Testamento se basa en la gracia, no en la ley. Los cristianos no dan por obligación o temor al castigo, sino por gratitud por la gracia recibida en Cristo y por amor a Dios y al prójimo.
La Biblia argumenta que la imposición del diezmo como obligación en la iglesia es un error que no se sostiene y puede tiene consecuencias negativas.
Ignora la Abolición de la Ley: La muerte de Jesús en la cruz marca el fin de la —ley mosaica— incluyendo mandamientos y ordenanzas como el diezmo. La iglesia bajo el nuevo pacto, no está sujeta a la ley, sino a la gracia.
Impone una Carga Legalista: Convertir el dar en una obligación legalista puede socavar la libertad y la alegría que caracterizan la verdadera generosidad cristiana, la Biblia advierte sobre el peligro de convertir el Evangelio de la gracia en un sistema de reglas y obligaciones externas.
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Distrae del Verdadero Evangelio: El énfasis excesivo un pseudodiezmo puede desviar la atención del mensaje central del Evangelio: la salvación por gracia mediante la fe en Jesucristo. El enfoque debe estar en la transformación del corazón y la vida por el poder del Espíritu Santo, no en el cumplimiento de normas externas.
El «dar» en el Nuevo Testamento se basa en la libertad, la generosidad y el amor, contrastando con la rigidez y la obligación legal del diezmo bajo la —ley mosaica— derogada por el Señor Jesucristo.
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