“Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.” (Génesis 1:6 RVR1960)
Este versículo de Génesis habla de cómo Dios, desde el principio, estableció orden y separación en la creación. Este principio de orden y separación puede aplicarse a la mayordomía bíblica en el área de las finanzas, ya que gestionar adecuadamente los recursos requiere un enfoque estructurado y disciplinado.
Principios bíblicos de mayordomía en las finanzas:
1. Orden y Separación: Dios estableció un orden claro al crear la expansión que separó las aguas. De manera similar, en nuestras finanzas, debemos establecer un orden y separar correctamente nuestros ingresos y gastos. Esto implica categorizar y asignar los recursos de manera adecuada para asegurar que las necesidades básicas, los ahorros y las ofrendas se manejen con cuidado. Porque Dios no es Dios de confusión, sino de paz. (1ª Corintios 14:33)
2. Planificación y Disciplina: La creación muestra la planificación meticulosa y la disciplina de Dios al ordenar el universo. En nuestras finanzas, también debemos planificar con anticipación y mantener la disciplina para cumplir con nuestros compromisos financieros. Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza. (Proverbios 21:5)
3. Provisión y Abundancia: Al separar las aguas y crear la expansión, Dios proveyó un entorno habitable para la vida. Este acto de provisión divina nos recuerda que Dios es nuestra fuente de abundancia y provisión. Al confiar en Dios y administrar sabiamente los recursos que nos ha dado, podemos experimentar Su provisión en nuestras vidas. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. (Filipenses 4:19)
4. Responsabilidad y Cuidado: La creación implica responsabilidad y cuidado. Dios no solo creó, sino que también mantiene y cuida Su creación. De manera similar, somos llamados a ser responsables y cuidadosos con los recursos financieros que Dios nos ha confiado. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. (1ª Corintios 4:2)
5. Generosidad y Compartir: La separación de las aguas y la creación del entorno para la vida también nos enseñan sobre la generosidad de Dios. Somos llamados a reflejar esta generosidad en nuestras finanzas, compartiendo con los demás y apoyando a quienes están en necesidad. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado. (Proverbios 11:25)
En conclusión, la estructura y el orden que Dios estableció en la creación nos brindan un modelo para la mayordomía financiera bíblica. Al aplicar estos principios de orden, planificación, provisión, responsabilidad y generosidad, podemos manejar nuestros recursos de manera que honren a Dios y aseguren un futuro financiero sólido y bendecido.
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