“El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” Mateo 13:22 (RVR1960)
En Mateo 13:22, Jesús enseña que “el engaño de las riquezas ahoga la palabra”, lo que significa que el dinero puede ser un obstáculo para que el mensaje del evangelio sea efectivo en la vida de una persona. Pero, ¿cómo lo hace exactamente en relación con el mensaje de salvación?
El dinero crea una falsa seguridad y autosuficiencia. El evangelio enseña que somos pecadores y que necesitamos a Cristo para ser salvos. Sin embargo, las riquezas pueden hacer que una persona confíe en su propio poder y no en Dios.
Apocalipsis 3:17 – Jesús le dice a la iglesia de Laodicea: “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.”
Las riquezas pueden hacer que una persona no vea su necesidad espiritual, creyendo que tiene todo lo que necesita.
Proverbios 11:28 – “El que confía en sus riquezas caerá; mas los justos reverdecerán como ramas.”
La confianza en el dinero hace que las personas no busquen a Dios ni su salvación.
El dinero distrae y ocupa el corazón. Para que la semilla del evangelio dé fruto, el corazón debe estar disponible para Dios. Pero cuando alguien está absorbido por la acumulación de riquezas, el mensaje de salvación es ahogado.
Lucas 12:16-21 – La parábola del rico insensato: “Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?”
Este hombre estaba tan enfocado en sus bienes que nunca preparó su alma para la eternidad.
Marcos 10:23-25 – Jesús y el joven rico:”¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que un rico entrar en el reino de Dios.”
El joven rico rechazó seguir a Cristo porque su corazón estaba atado a su dinero.
3. El dinero fomenta la idolatría y el amor al mundo. La salvación requiere arrepentimiento y entrega total a Dios, pero las riquezas pueden convertirse en un ídolo, ocupando el lugar que solo Dios debería tener en el corazón.
1ªTimoteo 6:9-10 – “Los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición. Porque raíz de todos los males es el amor al dinero.”
El dinero no es malo en sí mismo, pero el amor a él puede alejar a las personas de Dios y de la salvación.
Mateo 6:24 –“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”
Si alguien ama el dinero, no puede amar a Dios completamente.
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¿Cómo impide el dinero que el evangelio sea efectivo?
Falsa seguridad → Hace que las personas confíen en sus riquezas en lugar de en Dios. Distrae del evangelio → Ocupa el tiempo y la atención, ahogando la palabra de Dios. Fomenta el orgullo y la autosuficiencia → Hace difícil reconocer la necesidad de Cristo. Se convierte en un ídolo → Compite con Dios en el corazón de la persona.
Por eso, Jesús advierte que el engaño de las riquezas ahoga la palabra, porque muchas personas, en lugar de responder al evangelio con humildad y fe, rechazan la salvación porque su corazón está cautivo por el dinero y las preocupaciones materiales.
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