Guardarnos de toda Avaricia, Lucas 12:15

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Lucas 12:15 dice: «Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee

Jesús advierte a sus seguidores a que se guarden de toda avaricia, señalando que la vida del hombre no se define por la abundancia de los bienes que posee. La palabra griega para guardaos es φυλάσσω (phylassō), que significa proteger o vigilar. En el contexto de la mayordomía financiera, esto implica la necesidad de estar vigilantes y conscientes de nuestras motivaciones y deseos en relación con las riquezas materiales.

La avaricia puede llevarnos a tomar decisiones financieras impulsadas por el deseo de acumular más, en lugar de basarnos en la sabiduría y la generosidad.

La palabra avaricia en griego es πλεονεξία (pleonexía), que se refiere a un deseo insaciable de tener más, especialmente más de lo que pertenece a otros. Este deseo puede distorsionar nuestra percepción de lo que realmente necesitamos y puede llevarnos a comportamientos que no honran a Dios.

En 1ª Timoteo 6:10 se nos advierte: «Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.» La avaricia nos aleja de la fe y nos lleva a experimentar sufrimiento y destrucción.

Jesús también menciona que la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. La palabra griega para abundancia es περισσεία (perisseía), que significa excedente o superabundancia. Esta palabra nos recuerda que tener más de lo necesario no añade verdadero valor o propósito a nuestra vida.

En lugar de buscar acumular riquezas materiales, debemos enfocarnos en acumular tesoros en el cielo, como se menciona en Mateo 6:19-21: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón

La palabra bienes en griego es ὑπάρχω (hyparchō), que significa posesiones o propiedades. Jesús nos llama a evaluar nuestras posesiones no como el fin último de nuestra vida, sino como recursos que Dios nos ha confiado para administrar sabiamente.

En Lucas 16:10, se nos dice: «El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.» Nuestra fidelidad en la administración de los bienes materiales refleja nuestra fidelidad en las cosas espirituales y eternas.

Finalmente, la palabra posee en griego es κατέχω (katechō), que significa retener o mantener. Esta palabra implica un sentido de control o dominio sobre nuestras posesiones. Sin embargo, Jesús nos recuerda que no somos dueños absolutos de nuestras riquezas, sino mayordomos responsables de usarlas para el bien y la gloria de Dios.

En 1ª Corintios 4:2, se nos dice: «Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.» La verdadera mayordomía financiera implica ser hallados fieles en cómo administramos y utilizamos lo que Dios nos ha dado.

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En conclusión, la enseñanza de Jesús en Lucas 12:15 nos llama a ser vigilantes y a guardarnos de la avaricia, reconociendo que la vida no se define por la abundancia de nuestras posesiones. Debemos entender que nuestras riquezas materiales son temporales y que nuestra verdadera riqueza se encuentra en nuestra relación con Dios y en la forma en que usamos nuestros recursos para Su gloria. Al vivir estos principios, no solo honramos a Dios, sino que también encontramos verdadera satisfacción y propósito en nuestra vida.

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