Cuando se obtienen riquezas distorsionando el Evangelio del Señor Jesucristo, se está actuando en contra de los principios fundamentales que Jesús enseñó.
El Evangelio subraya valores como la verdad, la humildad, el servicio al prójimo en un amor desinteresado. Utilizar el mensaje del Evangelio con el fin de ganancia personal, especialmente a través de la distorsión de sus enseñanzas, contradice directamente estas enseñanzas centrales.
En el Nuevo Testamento, se advierte contra los falsos maestros y aquellos que utilizan la fe para beneficio propio. Por ejemplo, 2ª Pedro 2:3 menciona que hombres en su codicia explotarán a quienes guíen. Este tipo de acciones no solo es deshonroso desde un punto de vista ético y espiritual, sino que también puede causar daño espiritual a otros, llevándolos a malentendidos sobre la fe y apartándolos de la verdad del Evangelio.
Además, el Señor Jesucristo enseñó sobre la importancia de buscar tesoros en el cielo y no acumular riquezas en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen (Mateo 6:19-20). La búsqueda de la riqueza a expensas de la integridad del mensaje del Evangelio revela una comprensión equivocada de lo que el Señor consideraba valioso y verdadero.
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Por lo tanto, obtener riquezas distorsionando el Evangelio es fundamentalmente incompatible con ser un seguidor de Cristo, ya que desvía la atención de la verdadera esencia de Su mensaje de salvación, amor y gracia hacia los demás.
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