Pablo Ora Ante la Oposición

“Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos.” 2ª Timoteo 4:14 (RVR1960)

El término griego que se traduce como “le pague” es ἀποδώσει (apodōsei), del verbo ἀποδίδωμι(apodidōmi), que significa “dar de vuelta”, “retribuir”, “recompensar” o “pagar”. En este contexto, tiene un sentido judicial de retribución proporcional a los actos de una persona. El verbo está en futuro indicativo activo, lo que indica una certeza futura: el Señor ciertamente le dará retribución según sus obras.

Pablo, en esta declaración, no está invocando una maldición ni deseando una venganza personal. De hecho, a lo largo de sus epístolas, él mismo enseña que la venganza no pertenece al creyente, sino a Dios: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”Romanos 12:19

Por tanto, en 2ª Timoteo 4:14, Pablo no está expresando un deseo carnal de represalia, sino que está entregando el asunto a la justicia divina. Reconoce el daño que le ha sido hecho, pero deja el juicio en manos de Dios. 

Su oración no es un clamor de rencor, sino una afirmación de confianza en la justicia de Dios.

En cuanto a si la Escritura narra cómo Dios le hizo justicia respecto a Alejandro, no se nos da una respuesta específica. No sabemos con certeza si este “Alejandro el calderero” es el mismo que aparece en 1ª Timoteo 1:20, donde Pablo menciona a Alejandro junto a Himeneo, a quienes “entregó a Satanás para que aprendan a no blasfemar”. 

Si se trata del mismo individuo, entonces ese castigo podría interpretarse como una forma de disciplina o juicio divino, aunque no se dan más detalles explícitos de su destino final.

Además, el uso del término “el calderero” (χαλκεύςchalkeús) indica que Alejandro era un trabajador del metal, quizás alguien con influencia o acceso a los centros urbanos donde Pablo predicaba, lo cual puede haberle dado la capacidad de oponerse fuertemente a su ministerio. 

Pablo aclara en el verso siguiente (2ª Timoteo 4:15) que Alejandro “se ha opuesto mucho a nuestras palabras”, lo cual refuerza la idea de una oposición doctrinal o ministerial activa.

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Este pasaje es también un ejemplo pastoral: Pablo advierte a Timoteo con claridad, no para inspirar odio, sino para que esté prevenido. 

Es una lección práctica sobre cómo actuar ante la oposición: no con venganza, sino con discernimiento, advertencia sabia, y confianza en la justicia de Dios.

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