–Procuremos presupuestar nuestra vida a largo plazo, más allá de un mes, un semestre o un año, incluyendo nuestra jubilación. Así evitaremos vivir con aprietos económicos en nuestros últimos días.
–Caeríamos en la trampa si utilizáramos el crecimiento numérico como el único indicador de la eficacia de nuestra gestión financiera para el Señor, sin considerar principalmente Sus principios que gobiernan las riquezas, los cuales están llenos de sabiduría de lo alto.
–Enseño los principios bíblicos de la mayordomía financiera porque he comprobado su efectividad, empezando por aplicarlos en mi propia vida.
-De nuevo, si diversificando las inversiones, minimizamos los riesgos.
–Enseñar a dar sin dar nosotros mismos es como impartir una enseñanza que carece de fundamento propio.
-Administrar las bendiciones financieras de manera que honre al Señor no es efectivo si las separamos de los principios bíblicos que Él ha establecido.
-En el ámbito financiero, eliminaremos nuestras propias limitaciones cuando aprendamos a aplicar en la práctica los principios bíblicos que rigen las riquezas del Señor.
-Cuanto más sabemos sobre finanzas personales, más fácil nos resulta aumentar los ingresos.
-Soy uno más de los muchos que han comprobado que es más fácil cambiar nuestras propias finanzas que las del resto del mundo.
-Comparémonos con otros solo en nuestro conocimiento y aplicación de los principios bíblicos que rigen las riquezas del Señor.
-Las tentaciones materiales y económicas, los problemas financieros y las tribulaciones relacionadas llegan sin advertencia; siempre es necesario estar preparados, aunque sea mínimamente.
-La pereza afecta la riqueza.
-Sin práctica en nuestro aprendizaje de la administración financiera, nunca lograremos transformar nuestra economía.
-La paciencia es importante en el ahorro, en las inversiones como en los negocios.
-Dios cumplirá los deseos de nuestro corazón cuando este se alinee con Su Palabra escrita.
-Si buscamos resultados inmediatos, abandonaremos antes de siquiera crear nuestro presupuesto, y por consiguiente, antes de verlo producir riquezas.
-Cada uno tiene sus propias habilidades, así que nuestras metas no son las de otros, y viceversa.
-Debemos aborrecer la situación en la que estamos, pero no debemos aborrecernos a nosotros mismos; aunque haya sido por nuestra culpa.
-Buscar nuestro propio placer y deseos por encima del bienestar del prójimo es lo más dañino para la verdadera generosidad.
-Sobreponerse a las adversidades financieras es una cuestión de planificación, de presupuesto, de ahorro constante, y de tomar decisiones financieras informadas con personas que saben la materia.
-Nunca olvidemos que no encontraremos gozo en las deudas malas; mejor huyamos de ellas, advertidos de su peligro.
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