“Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.” Génesis 1:8 RVR1960, la creación del cielo, como se menciona nos proporciona un principio importante sobre la mayordomía en el área de las finanzas: la estructura y el orden en la creación divina. Así como Dios organizó y estructuró el universo, estamos llamados a gestionar nuestros recursos financieros con orden y propósito.
Primero, reconocemos que el orden en la creación refleja la naturaleza de Dios como un Dios de planificación y estructura. Al crear los cielos y establecer la expansión, Dios nos da un ejemplo de cómo debemos abordar nuestras finanzas: con planificación y organización.
Este principio se puede aplicar en la elaboración de presupuestos, donde asignamos sabiamente nuestros recursos para diferentes necesidades y prioridades. Al hacer esto, estamos imitando el orden que Dios estableció en la creación.
Además, la creación del cielo implica una provisión abundante y constante. El cielo, como parte de la creación, es un testimonio de la provisión continua de Dios. En términos financieros, esto nos recuerda que nuestra provisión viene de Dios y que debemos confiar en Su capacidad para proveer.
Este principio nos llama a ser mayordomos responsables y a no preocuparnos excesivamente por nuestras necesidades financieras, confiando en que Dios, quien creó y sostiene el universo, también cuidará de nosotros.
El orden en la creación también nos enseña sobre la importancia de establecer límites y ser conscientes de nuestras capacidades.
Así como Dios estableció el cielo con límites definidos, debemos ser conscientes de nuestros límites financieros y evitar el endeudamiento excesivo.
Al vivir dentro de nuestras posibilidades, estamos respetando el orden y la estructura que Dios ha modelado para nosotros.
Por último, el hecho de que Dios nombró la expansión “Cielos” muestra la importancia de darle un propósito y significado a nuestras posesiones y finanzas.
No solo estamos llamados a administrar nuestros recursos, sino también a usarlos de manera que honren a Dios y reflejen Su gloria.
Este principio nos lleva a considerar cómo nuestras decisiones financieras pueden impactar positivamente a otros y cómo podemos usar nuestros recursos para promover el Reino de Dios.
En resumen, la creación del cielo en Génesis 1:8 nos enseña principios esenciales para la mayordomía financiera: planificación y organización, confianza en la provisión de Dios, reconocimiento de nuestros límites y uso de nuestras finanzas con propósito y significado.
Estos principios nos guían a ser administradores responsables y fieles de los recursos que Dios nos ha confiado.
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