«Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.» Deuteronomio 8:18 (RVR1960)
Acuérdate (זָכַר – zakar), la palabra hebrea «zakar» implica más que simplemente recordar; se refiere a una acción que influye en nuestras decisiones y conducta diaria. Como siervos de nuestro Señor Jesucristo, debemos reconocer que toda buena dádiva y todo don perfecto viene de Él, incluyendo la capacidad de generar bienes.
Este principio de recordar se refuerza en Salmos 105:5, que nos exhorta a «recordar las maravillas que él ha hecho«. Al recordar que somos mayordomos de lo que es del Señor, mantenemos una perspectiva correcta, entendiendo que nuestras finanzas deben administrarse para honrar a Dios y cumplir con Sus propósitos.
Da el poder (כֹּחַ – koach) en hebreo significa fuerza o habilidad. Nuestro Señor Jesucristo es la fuente de todo poder y habilidad que poseemos para generar riqueza. Como administradores de Sus recursos, debemos usar la fuerza y habilidades que nos da para realizar Su obra.
Isaías 40:29 afirma que Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas del débil. Reconocer que nuestro poder para crear bienes proviene del Señor nos libera de la autosuficiencia y nos impulsa a depender de Él en nuestras decisiones financieras.
Riquezas (חַיִל – chayil), la palabra «chayil» se refiere a riqueza, bienes, o recursos. En nuestra función como ministros del Señor, es crucial entender que las riquezas son Su propiedad y nosotros somos solo administradores. Proverbios 3:9-10 nos instruye a honrar al Señor con nuestros bienes, recordando que son de Él.
Al administrar las riquezas del Señor con fidelidad y sabiduría, demostramos que nuestras prioridades están alineadas con Su voluntad, lo que nos permite bendecir a otros y apoyar la expansión de Su reino.
Confirmar su pacto (ק֥וּם בְּרִית֑וֹ – kum berito) o «establecer» en hebreo, «kum», implica mantener firme y cumplir. Dios usa nuestras vidas como esclavos Suyos para establecer y confirmar Su pacto eterno. 2ª Corintios 1:20 nos recuerda que todas las promesas de Dios son en Él sí y en Él amén.
Como mayordomos de las finanzas que Dios nos confía, somos parte de Su plan para cumplir Sus promesas a través de generaciones. Esto nos insta a ser fieles en nuestra responsabilidad de administrar los recursos de manera que refleje Su fidelidad y amor.
Consideremos a un administrador que dirige una empresa. Reconociendo que el poder para hacer riquezas proviene del Señor, decide implementar un plan de responsabilidad social que asigna un porcentaje de las ganancias de la empresa para apoyar misiones y obras de caridad.
Al hacerlo, no solo administra sabiamente los recursos, sino que también confirma el pacto del Señor, contribuyendo al avance de Su reino en la tierra.
También le interesaría:
Al aplicar estos principios bíblicos a nuestra vida diaria, recordamos que somos siervos y mayordomos de los bienes del Señor. Nuestra capacidad para generar riqueza viene de Él, y debemos administrar esos recursos de manera que honre a Dios y cumpla con Sus propósitos eternos.
Así, nuestro manejo financiero se convierte en un testimonio viviente de la fidelidad de Dios y de Su pacto, impactando a nuestras comunidades y extendiendo Su amor y gracia a quienes nos rodean.
Deja una respuesta